Cómo vivir en un monasterio sin ser monje

Vivir en un monasterio sin ser monje

Es probable que antes o después, te puedas plantear alguna vez vivir en un monasterio sin ser monje. Pues déjame contarte que es posible y más común de lo que piensas. Muchos monasterios ofrecen programas de estancia para laicos, que buscan una experiencia de retiro espiritual o simplemente un cambio de ritmo en sus vidas. 

No hace falta que tengas vocación religiosa, ni que hagas votos para disfrutar de la paz y el recogimiento de estos lugares. Lo primero que debes saber es que cada monasterio tiene sus propias reglas y formas de acoger a los huéspedes. Algunos ofrecen estancias cortas de unos días. Mientras que otros permiten quedarse durante meses

En general tendrás que adaptarte a los horarios y rutinas de la comunidad monástica. Esto implica madrugar para asistir a los rezos matutinos, levantarse temprano y acostarse pronto.

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Vida cotidiana en el claustro

Durante tu estancia en ese lugar, participarás en algunas de las actividades diarias del monasterio. Puede que te asignen tareas como ayudar en la cocina. limpiar o trabajar en el huerto. Estas labores te permitirán integrarte en la vida de la comunidad, y experimentar de primera mano su estilo de vida austero y contemplativo. 

No esperes lujos ni comodidades modernas. Y es que el alojamiento suele ser sencillo, pero acogedor. Una de las ventajas de vivir temporalmente en un monasterio, es que tendrás mucho tiempo para la reflexión y el crecimiento personal. Podrás dedicarte a la lectura la meditación o simplemente disfrutar del silencio y la naturaleza. 

Muchas personas aprovechan estas estancias, para desconectar del estrés cotidiano y reencontrarse consigo mismas. Es una oportunidad única para hacer una pausa en tu vida y ganar perspectiva.

Beneficios de la vida monástica 

Vivir en un monasterio aunque solo sea por un tiempo limitado, puede tener efectos muy positivos en tu bienestar. Gracias a la paz y serenidad que existe en estos lugares, podrás reducir el estrés y la ansiedad. La rutina estructurada y los hábitos saludables como acostarse temprano mejorarán tu salud física y mental, mejorará ostensiblemente gracias a una rutina estructurada y unos hábitos saludables como acostarse temprano. 

Además el contacto con la comunidad monástica, te permitirá aprender valiosas lecciones sobre espiritualidad sencillez y propósito vital. Otro aspecto interesante, es que podrás conocer gente de diversos orígenes y motivaciones. En los monasterios suelen coincidir personas buscando retiro espiritual, junto a otras interesadas en la historia o la arquitectura. 

Esto crea un ambiente enriquecedor, donde intercambiar experiencias y puntos de vista. Eso sí, ten en cuenta que en muchos monasterios se fomenta el silencio y la introspección por lo que las interacciones serán limitadas.

Cómo prepararse para la experiencia 

Si decides probar la vida monástica lo mejor es que empieces con una estancia corta de unos días o una semana. Así podrás ver si te adaptas bien, antes de comprometerte a una temporada más larga. Investiga diferentes monasterios y sus programas para huéspedes

Algunos están especializados en retiros de meditación. Otros ofrecen cursos de espiritualidad o trabajos voluntarios. Es importante que vayas con una actitud abierta y respetuosa hacia las creencias y costumbres del lugar. Aunque no seas creyente deberás participar en ciertas ceremonias religiosas, y seguir las normas establecidas. 

Lleva ropa cómoda y discreta así como artículos de aseo personal. No olvides algún libro o cuaderno para tus momentos de reflexión. Y sobre todo prepárate para desconectar del mundo exterior, y vivir una experiencia única que puede cambiar tu perspectiva sobre la vida.

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