Trastorno esquizotípico de la personalidad: Síntomas y cómo superarlo

Imagínate que tu cabeza es como una tele con mala señal, a veces ves cosas raras o escuchas ruidos que no están ahí de verdad. Pues así más o menos es tener un trastorno esquizotípico de la personalidad.
Como si vivieras en una película de ciencia ficción donde todo está un poco torcido. La gente con este trastorno suele sentirse como pez fuera del agua cuando está con otras personas y prefiere estar en su mundo. Tienen ideas extravagantes o creen en cosas mágicas que no tienen ni pies ni cabeza. Por ejemplo, pueden pensar que son telépatas o que pueden predecir el futuro, o que vienen de otro planeta.
Este trastorno te cambia la forma de ver el mundo y de relacionarte con los demás. Como si llevaras unas gafas que te hicieran ver la realidad de una manera diferente al resto. Puedes tener pensamientos o experiencias raras que te hacen sentir como si estuvieras en otra dimensión.
A veces cuesta saber qué es real y qué no. Esto puede ponerte de los nervios y hacer que te encierres en tu cueva. El problema es que cuanto más te aíslas, más raras y pelgrosas se vuelven tus ideas.
Los síntomas del trastorno esquizotípico: ¿cómo saber si lo tienes?
Los síntomas de este trastorno pueden ser diferentes en cada persona. Algunos son más obvios y otros más difíciles de detectar. Uno de los más comunes es pensar que todo lo que pasa tiene que ver contigo.
Un ejemplo, puedes creer que las canciones de la radio te están mandando mensajes secretos. También es normal tener creencias raras o pensar que tienes poderes mágicos. A lo mejor crees que puedes controlar el tiempo con la mente o que puedes hablar con espiritus.
Otro síntoma típico es tener experiencias raras con tus sentidos. Puedes oír voces que te hablan o ver sombras por el rabillo del ojo. Tu forma de hablar puede ser un poco rara, usando palabras de forma extraña.
Es común que la gente te mire raro por cómo te comportas o vistes, (aunque tampoco es un síntoma de este trastorno, la gente puede mirarte mal de todas las maneras, pero ya es su problema no el tuyo :D). En las relaciones con los demás, sueles sentirte incómodo y nervioso. Te cuesta fiarte de la gente y prefieres mantener las distancias. A veces puedes parecer un témpano de hielo aunque en el fondo quieras conectar con los demás.
¿Cómo afecta este trastorno a tu vida diaria?
Vivir con este trastorno puede ser un auténtico dolor de cabeza. Te afecta en todo: en el trabajo, con tus amigos, con tu pareja… En el trabajo puedes tener problemas para concentrarte o trabajar en equipo. Tus ideas raras pueden chocar con las de tus compañeros. En las relaciones de pareja, es difícil abrirte emocionalmente. El miedo a que te den calabazas y la desconfianza pueden fastidiar tus intentos de acercarte a alguien.
La vida social se vuelve un lío. Las cosas que para otros son pan comido, a ti te ponen de los nervios. Ir a una fiesta o quedar con amigos puede dejarte hecho polvo. Prefieres hacer cosas tú solo, donde te sientes más a gusto. Esto puede hacer que te quedes solo y sin amigos. Con el tiempo puedes acabar depresivo al sentirte como un bicho raro.
Tratamiento y trucos para superarlo
Para tratar este trastorno, normalmente se usa una mezcla de terapia y pastillas. La terapia cognitivo-conductual es muy útil para cambiar esas ideas raras que tienes en la cabeza y que están haciendo que vivas una pesadilla.
Te ayuda a darte cuenta de que algunas cosas que piensas no tienen sentido y a cambiarlas por otras más normales. También te enseñan a relacionarte mejor con la gente y a no ponerte tan nervioso en situaciones sociales.
Los medicamentos son fundamentales para controlar los síntomas más fuertes, como las ideas delirantes o la ansiedad. Lo importante es encontrar la dosis perfecta para que no te deje demasiado relajado y te impida ver tu recuperación.
Además del tratamiento médico, puedes dar pequeños pasos tú mismo para sentirte mejor. Tener una rutina te ayuda a sentirte más estable y seguro, como por ejemplo hacer deporte. Te puede paecer una tontería, pero moverte te quita el estrés y te pone de buen humor. Practica la meditación para relajar la mente, o encuentra un hobbie que te guste y con el que te sientas en 'este mundo'.
Echando una mano y cuidándote a ti mismo
El apoyo de la gente es súper importante para superar este trastorno. Aunque te cueste, intenta no perder el contacto con tu familia y tus amigos de confianza. También puedes ir a grupos de apoyo donde puedas hablar con gente que está pasando por lo mismo que tú. Esto te ayudará a no sentirte tan solo y a ver que hay más gente como tú. No tengas miedo de pedir ayuda cuando la necesites. A veces un simple "¿qué tal estás?" puede alegrarte el día.
Cuidarte a ti mismo es igual de importante. Come bien y duerme lo suficiente, pasa del alcohol y las drogas, que solo van a empeorar las cosas. Busca cosas que te apasionen y te ayuden a relajarte. Puede ser leer, escuchar música o lo que sea. Pero ten paciencia contigo mismo y alégrate de los pequeños avances. Recuerda que superar esto lleva su tiempo. Con el tratamiento adecuado y mucho esfuerzo, puedes aprender a controlar los síntomas y tener una vida más o menos normal.
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