Tezcatlipoca: El dios azteca del destino y la noche
Tezcatlipoca era uno de los más dioses más poderosos entre los aztecas, era considerado el dios del destino, la noche y la hechicería, y como ya habrás imaginado era un dios temido y respetado a partes iguales. En náhuatl, la lengua de los aztecas, Tezcatlipoca significa "espejo humeante". Un nombre un tanto extraño para un dios. Lo llamaban así porque llevaba un espejo mágico en el que podía ver todo lo que pasaba en el mundo.
Era un dios complejo. Por un lado traía el caos y la destrucción, pero por otro lado también representaba el cambio y la transformación. Los aztecas creían que podía traer buena o mala suerte según su capricho. Era impredecible como el destino mismo.
Tezcatlipoca: Una imagen un tanto extraña
Los aztecas lo representaban como un joven guerrero con la piel negra o rayada. Tenía un pie humano y otro de obsidiana. Según la leyenda perdió el pie en una batalla contra el monstruo de la tierra. También llevaba un espejo humeante en el pecho o en lugar de un pie. Este espejo simbolizaba su capacidad para ver el futuro y el corazón de los hombres.
Otro de sus símbolos era el jaguar. Los aztecas creían que Tezcatlipoca podía transformarse en este animal. El jaguar representaba la noche y los poderes ocultos, justo lo que Tezcatlipoca controlaba. A veces lo pintaban con una banda diagonal en la cara, como las marcas de un jaguar.
Tezcatlipoca y el cosmos azteca
Para los aztecas Tezcatlipoca era uno de los cuatro dioses creadores del universo. Junto con Quetzalcóatl, Huitzilopochtli y Xipe Tótec formaba el grupo de dioses principales. Cada uno estaba asociado a un punto cardinal y a un color. Tezcatlipoca era el dios del norte y su color era el negro. Los aztecas dividían el mundo en cuatro partes o eras, y cada una de ellas tenía un dios diferente.
Tezcatlipoca también estaba relacionado con las estrellas y la Osa Mayor, además los aztecas tenían la creencia que este dios movía las estrellas por la noche. Imagínate a Tezcatlipoca empujando las constelaciones por el cielo nocturno. Una descripción de un dios un tanto inquietante, pero también lo era la capacidad de esta civilización para estudiar el cosmos y los cuerpos celestes.
El culto a Tezcatlipoca
Como hacían con todos demás dioses, los aztecas celebraban varias fiestas en su honor a lo largo del año. La más importante era Toxcatl, que se celebraba en mayo. Durante esta fiesta se elegía a un joven apuesto para representar al dios. Lo vestían como Tezcatlipoca y lo trataban como si fuera el dios en persona durante un año entero.
Pero todo tenía un precio en el imperio azteca. Este ritual tenía que tener un final bañado con sangre. Después de un año siendo tratado como Tezcatlipoca, lo sacrificaban y vertían su sangre. Los aztecas creían que así renovaban el poder de este dios. Aunque no lo creas, ser elegido para ser sacrificado, era todo un honor.
Tezcatlipoca y otros dioses aztecas
Tezcatlipoca tenía una relación complicada con otros dioses aztecas. Su mayor rival era Quetzalcóatl, el dios de la sabiduría y el viento. Según cuentan, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl estaban siempre peleando y de hecho, se turnaban para destruir y recrear el mundo. Algo así como el yin y el yang, pero en versión azteca.
También tenía conexiones con otros dioses. Por ejemplo, se decía que era el hermano de Huitzilopochtli, el dios de la guerra. Y a veces se le asociaba con Xipe Tótec, el dios de la agricultura. Los aztecas creían que todos estos dioses trabajaban juntos para mantener el equilibrio del universo.
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