Síndrome del impostor en mujeres ¿Cuáles son sus causas?

Síndrome del impostor en mujeres

Una intrusa en tu propio trabajo. Muchas mujeres experimentan esta sensación sin importar sus logros. El síndrome del impostor afecta a profesionales exitosas que sienten que no merecen sus éxitos. Las investigadoras Pauline Clance y Suzanne Imes lo identificaron en 1978 tras estudiar a más de 150 mujeres con carreras destacadas.

La sociedad tiene mucho que ver en esto. Desde pequeñas las niñas reciben mensajes sobre lo que pueden o no pueden hacer. Los estereotipos de género siguen presentes en muchos campos profesionales. Una mujer ingeniera o científica, a menudo se encuentra sola en reuniones llenas de hombres. Esta falta de representación alimenta la sensación de no pertenecer al grupo.

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Causas sociales y culturales del síndrome

La presión social es brutal. Las mujeres suelen enfrentarse a expectativas diferentes a las de los hombres. Si una mujer es directiva tiene que demostrar el doble. Si es madre trabajadora la sociedad la juzga por no estar más tiempo con sus hijos. Si prioriza su carrera muchos la critican por no formar una familia.

Los medios de comunicación no ayudan. Las redes sociales muestran vidas perfectas que parecen inalcanzables. Las revistas hablan de supermujeres que lo hacen todo bien. Michelle Obama, Sheryl Sandberg y otras mujeres exitosas han confesado sufrir este síndrome. Esto demuestra que el éxito no te hace inmune a estos sentimientos.

Impacto en el desarrollo profesional

Las consecuencias son graves para el desarrollo profesional. Muchas mujeres rechazan ascensos por no sentirse preparadas. Otras trabajan más horas para compensar una supuesta falta de capacidad. El miedo a ser descubiertas como "impostoras" les impide compartir sus ideas o pedir aumentos de sueldo.

La brecha salarial empeora todo. Cuando una mujer cobra menos que sus compañeros hombres por el mismo trabajo su autoestima profesional se resiente. Las estadísticas muestran que esto sigue pasando en muchos sectores. El Instituto Europeo de Igualdad de Género confirma que esta desigualdad persiste en todos los países.

Estrategias para superar el síndrome

La psicología nos da algunas claves para combatir este síndrome. El primer paso es reconocer que estos pensamientos no reflejan la realidad. Los logros no son fruto de la suerte sino del esfuerzo y el talento. La terapia cognitivo-conductual ha mostrado buenos resultados para tratar estos casos.

Las redes de apoyo son fundamentales. Grupos de mujeres profesionales programas de mentoring y espacios seguros donde compartir experiencias ayudan mucho. Empresas como Google, Microsoft o IBM han creado programas específicos para apoyar el desarrollo profesional de sus empleadas.

La educación desde la infancia es clave para prevenir este síndrome. Necesitamos más referentes femeninos en todos los campos. Las niñas deben ver que pueden ser lo que quieran ser. ¿Te imaginas un futuro donde ninguna mujer dude de sus capacidades?

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