Síndrome del impostor en el trabajo

Síndrome del impostor en el trabajo

¿Sientes que no mereces tu puesto de trabajo? ¿O que en cualquier momento van a descubrir que eres un fraude? Esto tiene un nombre: síndrome del impostor. Es una sensación que afecta a muchas personas en el ámbito laboral. Te hace pensar que tus logros son pura chiripa y que no estás a la altura de tu cargo.

Lo curioso es que este síndrome suele afectar a gente que en realidad es muy competente. Personas que han llegado lejos en su carrera pero que no se sienten merecedoras de su éxito. Imagina a un chef con estrellas Michelin que piensa que sus platos son una porquería. O a una directora de empresa que cree que la han puesto ahí por error. Suena absurdo ¿verdad? Pues así funciona el cerebro de alguien con síndrome del impostor.

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Síntomas del síndrome del impostor en el trabajo

Este síndrome se manifiesta de varias formas en el entorno laboral. Quizás te suene alguna. Por ejemplo está el perfeccionismo extremo. Si eres de los que revisa mil veces un informe antes de entregarlo por miedo a cometer un error es posible que sufras este síndrome. También está la dificultad para aceptar elogios. Si cuando te felicitan por un trabajo bien hecho piensas "bah no es para tanto" o "cualquiera podría haberlo hecho" ojo que puede ser una señal.

Otro síntoma común es el miedo constante al fracaso. Las personas con síndrome del impostor viven con el temor de meter la pata y ser descubiertas como fraudes. Esto puede llevar a evitar nuevos retos o responsabilidades. Es como si tuvieras un freno de mano mental que te impide avanzar en tu carrera. También es frecuente la tendencia a compararse con los demás y sentirse inferior. Si te pasas el día pensando que tus compañeros son mucho mejores que tú quizás estés cayendo en esta trampa.

Causas del síndrome del impostor

¿Y de dónde sale todo esto? Pues las causas pueden ser variadas. A veces tiene que ver con la educación que hemos recibido. Si de pequeño te han exigido siempre ser el mejor es normal que de mayor te sientas un fraude si no lo eres. También influyen las experiencias pasadas. Un fracaso importante o una crítica dura pueden dejarte marcado y hacerte dudar de tus capacidades.

El entorno laboral también juega un papel importante. Si trabajas en un ambiente muy competitivo o donde se valora poco el esfuerzo es más fácil caer en este síndrome. Imagina una empresa donde solo se celebran los éxitos y se castigan los errores. Es el caldo de cultivo perfecto para sentirse un impostor. A esto se suma la presión social y las expectativas que nos imponemos. Vivimos en una sociedad que nos empuja a ser siempre los mejores y eso puede ser agobiante.

Cómo superar el síndrome del impostor

Vale y ahora que sabemos qué es ¿cómo lo combatimos? Pues lo primero es reconocerlo. Si te has sentido identificado con lo que hemos hablado es un buen primer paso. Acepta que es algo común y que no eres el único que lo sufre. Incluso gente muy exitosa como Michelle Obama o Tom Hanks han confesado sentirse así en algún momento.

Una buena táctica es llevar un registro de tus logros. Apunta tus éxitos por pequeños que sean. Cuando te sientas un fraude échale un vistazo a esa lista. Te sorprenderá ver todo lo que has conseguido. También es importante aprender a aceptar los elogios

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