¿Qué significa 'Cringe'? Cuando la vergüenza ajena se hace viral

Ese momento en el que te encuentras viendo un vídeo y has sentido ganas de esconderte debajo de la mesa.. O ese en el que has leído un comentario en redes sociales que te ha hecho querer desaparecer. Pues felicidades has experimentado el famoso 'cringe'. Esta palabreja del inglés se ha colado en nuestro vocabulario para quedarse. Y no es para menos porque describe a la perfección esa sensación de vergüenza ajena que a veces nos invade.
Pero vamos a ver ¿qué es exactamente el 'cringe'? Pues en pocas palabras es esa mezcla de vergüenza incomodidad y hasta un poco de asco que sentimos cuando vemos o escuchamos algo que nos parece súper embarazoso.
Es como si tu cerebro gritara "¡Tierra trágame!" pero en vez de pasarte a ti le está pasando a otra persona. Y lo peor es que no puedes apartar la mirada. Es como un accidente de tráfico emocional. Sabes que no deberías mirar pero no puedes evitarlo.
Del inglés al español: La evolución del 'cringe'
La palabra 'cringe' viene del verbo inglés que significa encogerse o estremecerse. Y tiene sentido ¿no? Porque eso es justo lo que hacemos cuando sentimos 'cringe'. Nos encogemos nos estremecemos y si pudiéramos nos haríamos bolita y rodaríamos lejos de la situación. Pero claro como no podemos hacer eso nos quedamos ahí plantados sintiendo cómo se nos retuerce el estómago de la vergüenza.
Lo curioso es cómo esta palabra se ha colado en nuestro idioma. Ya no decimos "Qué vergüenza ajena" o "Vaya corte". Ahora decimos "Qué cringe". Y todos sabemos a qué nos referimos. Es más eficiente ¿no crees? Con una sola palabra expresamos todo un cóctel de emociones. Desde la incomodidad hasta la fascinación pasando por el bochorno y un poquito de diversión culpable. Porque seamos sinceros a veces disfrutamos un poco del 'cringe' ajeno.
Situaciones 'cringe'
Pero vamos a lo práctico. ¿Qué tipo de cosas nos hacen sentir 'cringe'? Pues la lista es interminable. Puede ser ese anuncio de televisión que intenta ser guay y se queda en ridículo. O ese político que intenta usar jerga juvenil y suena como tu tío intentando rapear en Nochevieja.
También puede ser ese influencer que se pasa tres pueblos con el postureo. O tú mismo cuando Facebook te recuerda una publicación que hiciste hace diez años. Uf solo de pensarlo ya me dan escalofríos.
El 'cringe' no entiende de edades ni de clases sociales. Le puede pasar a cualquiera en cualquier momento. Es como un francotirador de la vergüenza. Nunca sabes cuándo va a aparecer. Puedes estar tan tranquilo viendo un vídeo de gatitos y de repente aparece alguien haciendo el ridículo y ahí está el 'cringe' para recordarte que la vergüenza ajena es universal.
Claro que si hablamos de 'cringe' no podemos dejar de mencionar las redes sociales. Son como el hábitat natural de este fenómeno. TikTok, Instagram, Twitter… están llenas de contenido que nos hace sentir esa mezcla de fascinación y horror. Desde bailes ridículos hasta challenges sin sentido pasando por esos selfies con filtros que parecen sacados de una película de terror cutre.
Y lo peor (o lo mejor según cómo lo mires) es que este contenido se hace viral en cuestión de minutos. Antes cuando alguien hacía el ridículo solo lo veían los que estaban allí. Ahora lo puede ver medio planeta en cuestión de horas. Es el poder de internet.
Para bien y para mal. Porque seamos honestos a veces nos pasamos compartiendo cosas 'cringe'. Es como si no pudiéramos evitarlo. Vemos algo que nos hace sentir incómodos y lo primero que pensamos es "Tengo que enseñarle esto a mis amigos".
El lado positivo del 'cringe': Aprendiendo a reírnos de nosotros mismos
Pero ojo que el 'cringe' no tiene por qué ser algo malo. De hecho puede ser hasta saludable. Nos ayuda a desarrollar empatía. A ponernos en el lugar del otro. Y sobre todo a no tomarnos tan en serio. Porque seamos sinceros todos hemos hecho cosas 'cringe' en algún momento. Y está bien. Es parte de ser humano. Lo importante es aprender a reírnos de nosotros mismos.
Además el 'cringe' nos ayuda a establecer límites sociales. Nos muestra lo que es aceptable y lo que no en diferentes contextos. Es como un manual de etiqueta pero mucho más divertido. Y a veces hasta nos inspira. ¿Cuántas veces has visto algo súper 'cringe' y has pensado "Bueno al menos yo no he hecho eso"? Es motivador a su manera. Te hace querer ser mejor o al menos menos embarrassing.
El 'cringe' es mucho más que una simple palabreja de moda. Es todo un fenómeno social. Una forma de expresar esa incomodidad que a veces sentimos ante el comportamiento ajeno (y a veces el propio). Así que la próxima vez que sientas ese retortijón en el estómago esa necesidad de apartar la mirada y esas ganas de que te trague la tierra ya sabes: estás experimentando el maravilloso mundo del 'cringe'.
Acéptalo disfrútalo (si puedes) y sobre todo no te olvides de compartirlo. Porque si algo hemos aprendido es que la vergüenza compartida es menos vergüenza. O al menos es más divertida.
Deja una respuesta