¿Cómo se denomina a la persona que se enfada con facilidad?

¿Te has encontrado alguna vez con alguien que se enfada por cualquier cosa? Pues esa persona probablemente sea irascible. Los irascibles son esas personas que se encienden como una cerilla a la mínima. No hace falta mucho para que salten. A veces basta con mirarles mal o decirles algo que no les gusta para que se pongan hechos una furia. Es como si tuvieran un botón de enfado y cualquiera pudiera pulsarlo sin querer.
La verdad es que tratar con una persona que se enfada con facilidad, puede llegar a ser agotador. Nunca sabes cuándo va a estallar ni por qué. Un día están de buen humor y al siguiente se enfadan porque les has saludado de una forma que no les ha gustado. Vivir con el miedo de hacer enfadar a alguien no es nada divertido. Por eso mucha gente acaba alejándose de las personas irascibles. Nadie quiere estar constantemente pisando huevos por miedo a una explosión de ira.
El mal genio y sus consecuencias
Tener mal genio puede traer muchos problemas. En el trabajo, por ejemplo, un jefe irascible puede crear un ambiente horrible. Los empleados estarán siempre tensos, con miedo a cometer un error y desatar su furia. Esto hace que la gente rinda menos y esté más estresada. En las relaciones personales pasa lo mismo. Tener una pareja o un amigo que se enfada por todo puede ser agotador. Al final, muchas amistades y relaciones acaban rompiéndose por culpa del mal carácter de uno de ellos.
Pero no todo es culpa de la persona irascible. Muchas veces no pueden controlar sus reacciones. Es como si tuvieran un cortocircuito en el cerebro que les hace saltar a la mínima. Algunas personas nacen así, con una tendencia natural a enfadarse fácilmente. Otras desarrollan este carácter por culpa de malas experiencias o traumas. Sea como sea, vivir constantemente enfadado no es agradable para nadie, ni para el irascible ni para los que le rodean.
Cómo lidiar con una persona de mecha corta
Si tienes que tratar con alguien así en tu día a día, hay algunas cosas que puedes hacer. Lo primero es no tomártelo como algo personal. Recuerda que su enfado no es culpa tuya, sino que ellos tienen un problema para controlar sus emociones. Intenta mantener la calma cuando se enfaden y no entres en su juego. Si les sigues el rollo y te enfadas tú también, la cosa solo irá a peor.
Otra cosa que puedes hacer es intentar entender qué les hace saltar. A veces hay temas o situaciones concretas que les ponen especialmente de los nervios. Si las identificas, podrás evitarlas o tratarlas con más cuidado. También es bueno hablar con ellos cuando estén tranquilos. Explícales cómo te hace sentir su forma de reaccionar y pídeles que intenten controlarse un poco más. A veces no son conscientes del daño que hacen con su mal genio.
Técnicas para controlar el mal humor
Si eres tú el que tiene problemas para controlar su ira, no te preocupes. Hay muchas técnicas que pueden ayudarte a manejar mejor tus emociones. Una de las más efectivas es aprender a respirar correctamente. Cuando notes que te estás enfadando, para un momento y respira hondo varias veces. Esto te ayudará a calmarte y a pensar con más claridad antes de reaccionar.
El ejercicio también es muy bueno para liberar tensiones y controlar el estrés. Si te notas especialmente irascible, sal a correr o haz algo de deporte. Verás cómo te sientes mucho mejor después. Otra cosa que puede ayudarte es escribir un diario. Apunta las cosas que te hacen enfadar y cómo reaccionas. Con el tiempo, podrás identificar patrones y trabajar en ellos.
Buscando ayuda profesional
A veces, por mucho que lo intentemos, no podemos controlar nuestro mal genio solos. En estos casos, lo mejor es buscar ayuda profesional. Un psicólogo puede darte herramientas muy útiles para manejar tu ira. Te enseñará técnicas de relajación, formas de cambiar tus pensamientos negativos y estrategias para comunicarte mejor con los demás.
No hay que avergonzarse por pedir ayuda. Al contrario, es un signo de madurez reconocer que tenemos un problema y querer solucionarlo. Con la terapia adecuada, muchas personas consiguen controlar su carácter irascible y mejorar sus relaciones. Es un proceso que requiere tiempo y esfuerzo, pero los resultados valen la pena. Al final, todos queremos vivir en paz, sin estar constantemente enfadados o haciendo enfadar a los demás.
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