Definición de una persona que se cree superior a los demás
Un rasgo común entre los seres humanos, es la tendencia a compararnos con los demás. A veces, estas comparaciones pueden llevar a algunas personas a creer que son superiores al resto en ciertos sentidos.
La arrogancia y la superioridad son rasgos que muy menudo, crean rechazo y conflictos en las relaciones entre seres humanos. Cuando alguien considera que esta por encima del resto, suele manifestarlo con actitudes prepotentes, despectivas o egoístas.
Analizar este tipo de comportamientos, nos puede ayudar a entender mejor sus causas, y aprender a gestionarlos de forma más constructiva.
Orígenes del sentimiento de superioridad
Excesiva autoestima
Algunas personas, desarrollan un sentimiento exagerado de valía personal y confianza en sus propias capacidades. Esta autoestima desproporcionada, les lleva a considerarse mejores y superiores al resto en muchas cosas. Suelen tener muchas dificultades, para reconocer sus errores y limitaciones.
Necesidades psicológicas insatisfechas
Otras veces, detrás de la arrogancia se esconden carencias afectivas o frustración de necesidades básicas. Como por ejemplo el reconocimiento o el sentido de competencia. Al sentirse vulnerables, este tipo de personas recurren a la superioridad falsa para proteger su autoestima.
Influencia de prejuicios sociales
Los prejuicios y estereotipos presentes en algunos sectores de la sociedad, también pueden alimentar ese falso sentimiento de superioridad en función de criterios. Como la clase social, el sexo, la cultura o la etnia.
Cómo se manifiesta este sentimiento
Actitudes despectivas y menosprecio
Quien se siente superior, adopta con frecuencia actitudes despectivas, ironía o menosprecio hacia los demás. Hace comentarios para ridiculizar, infravalorar o hacer sentir inferiores al resto.
Egocentrismo y falta de empatía
Esta clase de individuos suelen mostrar poco interés por los problemas y necesidades que son ajenos a ellos. Tienen dificultad para colocarse en el lugar del otro. Su foco principal de atención, son sus propias vivencias, intereses y prioridades.
Aires de grandeza y necesidad de reconocimiento
Necesita constante adulación, admiración y gestos de sumisión por parte de quienes le rodean, a quienes considera sus subordinados o inferiores. Muestra aires de grandeza.
Prepotencia, autoritarismo y arrogancia
Se dirige a los demás de forma autoritaria y arrogante. No suele pedir las cosas por favor, sino exigirlas u ordenarlas. Interrumpe, no deja hablar o no escucha, cuando otras personan expresan o dan sus opiniones.
Cómo manejar estas actitudes
La empatía y el diálogo
Resulta más efectivo abordar estas actitudes desde la comprensión. Evitando de esta forma, enfrentamientos directos. Preguntar con interés acerca de sus motivos, puede abrir la puerta al diálogo.
Límites claros y asertividad
Es importante también marcar límites claros, frente a ciertas conductas irrespetuosas. Hacer ver que todos merecen las mismas consideraciones, de forma educada pero firme.
El autoconocimiento y la confianza
Profundizar en nuestro propio autoconocimiento y desarrollar nuestra inteligencia emocional, puede ayudarnos a no verse tan afectados por esas actitudes, sino a responder con más comprensión y equilibrio.
Conclusión
La arrogancia tiene a menudo un trasfondo de vulnerabilidad emocional. Comprender sus posibles causas, resulta clave para gestionar de forma más constructiva estas actitudes. Desde el respeto y la consideración hacia todos por igual. Un problema se puede abordar de muchas formas; la empatía y el autoconocimiento son sin duda grandes aliados.
Deja una respuesta