Ortotanasia: El derecho a morir en paz

Es una pregunta difícil, un pensamiento casi tabú en nuestra sociedad. Pero, ¿Has pesando alguna vez en tu muerte? ¿En cómo te gustaría que fueran tus últimos días? Yo sí. Y no hablo de morir de repente sino de esos casos en los que sabes que te queda poco tiempo.
La ortotanasia es justo eso: el derecho a morir en paz cuando ya no hay vuelta atrás. No te hablo de acelerar la muerte ni de alargarla con técnicas artificiales. Es solo dejar que la naturaleza siga su curso sin intervenciones innecesarias.
Ponte en el caso; Tienes una enfermedad terminal, los médicos te dicen que no hay cura y que te quedan pocos meses. ¿Qué harías? Muchos preferirían pasar ese tiempo en casa rodeados de sus seres queridos en lugar de en un hospital lleno de máquinas. La ortotanasia permite eso. Te da la opción de rechazar tratamientos que solo prolongarían tu sufrimiento sin mejorar tu calidad de vida.
La ética y el final de la vida
Este tema genera mucho debate. Hay quienes piensan que siempre hay que luchar por la vida hasta el final. Otros creen que cada uno debería poder decidir cómo quiere morir. La cuestión es compleja y toca temas sensibles como la religión la ética y los derechos humanos. No hay respuestas fáciles.
Lo que está claro es que la medicina ha avanzado mucho. Ahora podemos mantener vivas a personas que antes habrían muerto. Pero ¿a qué precio? A veces esos tratamientos solo prolongan el sufrimiento sin dar ninguna esperanza real de recuperación. La ortotanasia busca un equilibrio entre preservar la vida y respetar la dignidad del paciente.
Diferencias con la eutanasia y el suicidio asistido
Mucha gente confunde la ortotanasia con otras prácticas como la eutanasia o el suicidio asistido. Pero son cosas distintas. La eutanasia implica provocar activamente la muerte del paciente. El suicidio asistido es ayudar a alguien a quitarse la vida. La ortotanasia en cambio no busca acelerar la muerte sino permitir que ocurra de forma natural.
En la ortotanasia no se administran medicamentos letales ni se desconectan máquinas de soporte vital. Simplemente se deja de aplicar tratamientos extraordinarios que solo alargarían la agonía. El objetivo es que el paciente muera con dignidad sin dolor y rodeado de sus seres queridos si así lo desea.
Marco legal y derechos del paciente
Las leyes sobre este tema varían según el país. En España por ejemplo existe la Ley de muerte digna que reconoce el derecho a rechazar tratamientos incluso si eso puede acortar la vida. También garantiza el acceso a cuidados paliativos para aliviar el dolor y otros síntomas.
Pero aún queda mucho por hacer. Muchos médicos no están formados en estos temas y a veces se empeñan en aplicar tratamientos agresivos aunque el paciente no quiera. Por eso es importante conocer nuestros derechos y dejar por escrito nuestros deseos para el final de la vida. Así evitaremos que otros tengan que tomar decisiones difíciles por nosotros.
El papel de los cuidados paliativos
Los cuidados paliativos son fundamentales en la ortotanasia. Su objetivo no es curar sino mejorar la calidad de vida del paciente. Se centran en controlar el dolor y otros síntomas molestos. También ofrecen apoyo emocional y espiritual tanto al enfermo como a su familia.
Gracias a los cuidados paliativos muchas personas pueden pasar sus últimos días en casa con sus seres queridos. Les permiten despedirse resolver asuntos pendientes y morir en paz. No se trata de rendirse sino de aceptar la realidad y aprovechar el tiempo que queda de la mejor manera posible.
Reflexiones finales sobre la muerte digna
Algo que sabemos seguro, es que todos vamos a morir. Es algo que sabemos pero que nos cuesta aceptar. La ortotanasia nos invita a reflexionar sobre cómo queremos que sea nuestro final. No se trata de algo triste sino de vivir plenamente hasta el último momento.
Quizás sea hora de que como sociedad hablemos más abiertamente sobre la muerte. De que pensemos qué es para nosotros una muerte digna. Y de que respetemos las decisiones de cada uno sobre su propio final. Morir en paz rodeado de los tuyos sin dolor y habiendo cerrado todos los capítulos de tu vida… es un hermoso final.
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