¿Qué es la memoria eidética?
La memoria eidética es una capacidad mental que ha fascinado desde hace siglos. Se trata de aquellas personas que pueden recordar imágenes, sonidos y experiencias pasadas con asombroso detalle, incluso texto o conversaciones como si estuvieran reviviéndolas. Pero, ¿existe de verdad la memoria fotográfica o es solo ciencia ficción? Analicemos qué hay de cierto en este fenómeno.
Muchos hemos visto películas o series donde aparecen personajes con esta habilidad prodigiosa. Sin embargo, en el mundo real, la mayoría tenemos problemas para acordarnos de lo que desayunamos ayer. Entonces, ¿existen de verdad las personas con memoria eidética?
Un don inusual
La memoria eidética, también llamada memoria fotográfica, es la capacidad de recordar información visual con alto nivel de detalle. Quienes la poseen pueden recrear en su mente imágenes que vieron en el pasado, incluso muchos años después, con gran precisión. Incluso algunos recuerdan textos enteros con exactitud tras leerlos solo una vez. Sin dudas, se trata de una habilidad excepcional.
Pero lo cierto es que muy pocas personas la tienen. Se estima que solo un 2 o 10% de la población goza de este don. Quienes lo poseen, suelen destacar también en disciplinas como las matemáticas, la música o los idiomas. Tienen una mente prodigiosa capaz de almacenar y evocar información visual compleja que a la mayoría se nos olvidaría al instante.
¿Mito o realidad?
A lo largo de la historia, ha habido grandes mentes con memoria eidética comprobada. Uno de los casos más famosos es el del psicólogo ruso Aleksandr Luria, quien estudió en detalle a un reportero que podía repetir largos discursos palabra por palabra tras escucharlos una sola vez. También se cuentan historias asombrosas de niños que memorizaban decenas o cientos de números de pi.
Estos ejemplos nos demuestran que la memoria fotográfica, aunque inusual, es un fenómeno real y verificado científicamente. No se trata de un mito. Eso sí, la mayoría de las personas no la tenemos. Por ello, nos parece tan fascinante e incluso propia de una película de ciencia ficción o serie. Todo recordamos a Sheldon Cooper, el personaje de la serie The Big Bang Theory, quien presumía de tener una memoria eidética.
Una mente prodigiosa
Poseer una memoria eidética tiene sus ventajas, está claro. Quienes la tienen suelen también poseer una gran inteligencia y aprenden con más facilidad. Por ejemplo, se les da muy bien memorizar conceptos, fórmulas matemáticas o vocabulario en otros idiomas.
Visto desde otra perspectiva, les permite ser testigos excelentes si presencian un crimen, ya que pueden recordar hasta el mínimo detalle. Desde rasgos faciales del delincuente hasta matrículas de vehículos involucrados.
En el campo profesional, suelen destacar en trabajos donde es vital recordar grandes volúmenes de información. Por ejemplo, la medicina, el derecho o la ingeniería. Algunos, incluso se convierten en prodigios del cálculo mental al memorizar interminables dígitos de números 'Pi' y realizar en su mente operaciones matemáticas a una velocidad de vértigo.
Pero también tiene sus contras, como aburrirse con facilidad al aprender cosas nuevas con rapidez o distraerse con exceso de estímulos sensoriales. Aún así, se trata de una bendición para quienes gozan de tan privilegiada mente.
¿Se puede desarrollar esta habilidad?
Aunque la memoria fotográfica se suele tener desde el nacimiento, existen técnicas para mejorar la memoria visual. Por ejemplo, relacionar información nueva con imágenes mentales o dibujar bocetos visuales de lo que queremos recordar.
Si bien la mayoría no alcanzaremos el nivel de detalle y precisión de un cerebro eidético, sí podemos entrenar nuestra mente para retener mejor eventos, textos, nombres y otras informaciones relevantes.
Al fin y al cabo, nuestro cerebro es como un músculo, que entre más lo ejercitemos, mejor será su rendimiento. Así que no pierdas la esperanza si tienes mala memoria. Con constancia y algunos trucos mnemotécnicos, verás cómo empiezas a retener más datos en ese fascinante órgano que todos tenemos entre las orejas.
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