¿Cuál es el significado de 'la paciencia es amarga pero su fruto es dulce'?

cuál es el significado de 'la paciencia es amarga pero su fruto es dulce

El valor de la espera ¿Te has preguntado alguna vez por qué dicen que 'la paciencia es amarga pero su fruto es dulce'? Yo antes tampoco lo entendía muy bien. Pensaba que era una de esas frases que dicen los mayores, para que nos quedemos quietos y no molestemos. 

Pero con el tiempo me he dado cuenta de que hay mucha verdad en esas palabras. Cuando eres pequeño todo te parece que tarda una eternidad. Esperar a que llegue tu cumpleaños, a que sea Navidad o a que empiecen las vacaciones de verano se hace interminable. Es como si el tiempo fuera más despacio a propósito, para fastidiarnos. 

Y claro, nos ponemos impacientes y de mal humor. Esa es la parte amarga de la paciencia, el tener que aguantar y esperar cuando lo que queremos es que las cosas pasen ya.

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Aprendiendo a ser paciente 

Aprender a tener paciencia, es algo sumamente importante en la vida. No todo puede ser, ya y ahora. Hay cosas que necesitan su tiempo para salir bien. Por ejemplo, si quieres aprender a tocar un instrumento o a hablar otro idioma, no puedes hacerlo de un día para otro. Necesitas practicar mucho y durante bastante tiempo.

Al principio es un rollo porque parece que no avanzas, pero si sigues intentándolo al final consigues tocar canciones o hablar con gente de otros países. Lo mismo pasa con los estudios. A veces te toca estudiar cosas que no te gustan o que te parecen difíciles. 

Dan ganas de tirar la toalla. Sin embargo debes tener en cuenta algo. Si eres paciente y te esfuerzas, poco a poco entenderás mejor y lograras unas mejores notas. Cuando apruebas un examen difícil, o sacas buenas notas en el curso, te sientes en un estado genial. Eso es lo que se conoce, como el fruto dulce de la paciencia.

Recompensas de la perseverancia 

La verdad es que casi todo lo que merece la pena en la vida, requiere de paciencia y esfuerzo. Piensa en tus deportistas favoritos. No han llegado donde están de la noche a la mañana. Han tenido que entrenar durante años, aguantar derrotas y lesiones, pero no se han rendido. Y al final han conseguido ganar medallas o campeonatos. Esa sensación de logro después de tanto esfuerzo, debe ser increíble.

También en las relaciones con los demás la paciencia es muy importante. A veces tus amigos o tu familia te sacan de quicio. Te entran ganas de gritarles o dejar de hablarles. Pero si tienes paciencia, respiras hondo y tratas de entenderles, normalmente las cosas se arreglan. Y tener amigos de verdad o una familia que te quiere, es uno de los frutos más dulces que hay.

Beneficios a largo plazo 

Otra cosa en la que la paciencia da sus frutos, es en el ahorro. Cuando empiezas a ganar algo de dinero, lo normal es querer gastártelo todo en cosas que te gustan. Pero si tienes paciencia y vas guardando un poco cada mes, al cabo del tiempo puedes comprarte algo mucho mejor o irte de viaje a un sitio chulo. 

Es como plantar una semilla, y esperar a que crezca el árbol para poder comer su fruta. La paciencia también nos ayuda a tomar mejores decisiones. Cuando tenemos un problema o tenemos que elegir algo importante, lo peor es precipitarse. 

Si tenemos paciencia para pensar bien las cosas, buscar información y pedir consejo, es más fácil acertar. Y es que tomar buenas decisiones, nos ahorra muchos problemas en el futuro.

Superando la frustración 

Tener paciencia no es fácil. A veces nos frustramos en nuestro interior, y nos dan ganas de mandarlo todo a paseo. Pero ese tipo de momentos, también nos enseñan cosas. Aprendemos a controlar nuestras emociones, a ser más fuertes mentalmente. Y cuando por fin conseguimos lo que queríamos, valoramos mucho más el esfuerzo que hemos hecho. 

Ante todo se debe tener en cuenta que la paciencia es como un músculo que tenemos que ejercitar. Cuanto más la practicamos, más fácil nos resulta. Gracias a ella los resultados que conseguimos son mucho mejores y más duraderos, que las cosas que conseguimos sin esfuerzo. Por eso, aunque a veces sea difícil y amarga, merece la pena fomentar la paciencia.

En resumen, la paciencia puede ser difícil, pero sus recompensas son enormes. Nos ayuda a crecer como personas, a conseguir nuestros objetivos y a tener mejores relaciones. Así que la próxima vez que te cueste esperar, acuérdate de que estás cultivando una cualidad muy valiosa. Y que al final, el fruto será dulce.

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