Jesús de Nazaret: Su vida según La Biblia

Jesús Nazaret

Jesús nació en Belén, un pueblecito de Judea. Sus padres eran María y José, un carpintero. La Biblia cuenta que su nacimiento fue muy especial. Unos pastores y unos magos de Oriente fueron a verle. Luego, su familia tuvo que huir a Egipto porque el rey Herodes quería matarle. Cuando volvieron, se instalaron en Nazaret, un pueblo de Galilea.

De la juventud de Jesús no se sabe mucho. Los evangelios solo cuentan una anécdota de cuando tenía 12 años. Se perdió en Jerusalén durante una fiesta y sus padres le encontraron en el templo, hablando con los maestros. Todos se quedaron impresionados por su sabiduría. Después de esto, la Biblia dice que Jesús creció en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.

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El comienzo de su ministerio público

Cuando Jesús tenía unos 30 años, empezó su vida pública. Fue bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán. Luego se fue al desierto durante 40 días, donde fue tentado por el diablo. Después de esto, empezó a predicar por toda Galilea. Su mensaje principal era que el Reino de Dios estaba cerca y que la gente tenía que arrepentirse.

Jesús eligió a doce discípulos para que le acompañaran. Eran pescadores, recaudadores de impuestos y gente normal. Les enseñaba y les mandaba a predicar. También hacía muchos milagros: curaba enfermos, echaba demonios y hasta resucitaba muertos. La gente se quedaba alucinada y le seguía por todas partes.

Las enseñanzas de Jesús

Jesús enseñaba de una forma muy especial. Usaba parábolas, que son historias cortas con un mensaje. Por ejemplo, contó la del hijo pródigo, la del buen samaritano o la de la oveja perdida. También daba discursos más largos, como el Sermón del Monte. En él habló de las bienaventuranzas, del amor a los enemigos y de cómo rezar.

Sus enseñanzas eran revolucionarias para la época. Decía que había que amar a Dios y al prójimo por encima de todo. Que no había que juzgar a los demás. Que había que perdonar siempre. Que los últimos serían los primeros en el Reino de Dios. Muchas de estas ideas chocaban con las de los fariseos y los maestros de la ley, que se enfadaban con él.

Los últimos días en Jerusalén

Al final de su vida, Jesús fue a Jerusalén para celebrar la Pascua. Entró montado en un burro y la gente le recibió como a un rey. Pero los jefes de los sacerdotes y los fariseos estaban hartos de él. Querían matarle porque decía que era el Hijo de Dios y porque mucha gente le seguía.

Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos. Les lavó los pies y les dio pan y vino, diciendo que eran su cuerpo y su sangre. Luego fue a rezar al huerto de Getsemaní. Allí le arrestaron porque Judas, uno de sus discípulos, le había traicionado. Le llevaron ante el Sanedrín y luego ante Pilato, el gobernador romano.

La crucifixión y resurrección

Pilato condenó a Jesús a morir en la cruz, aunque no creía que fuera culpable. Los soldados se burlaron de él, le pusieron una corona de espinas y le llevaron al Gólgota. Allí le crucificaron entre dos ladrones. Jesús perdonó a sus verdugos y murió después de unas horas. José de Arimatea pidió su cuerpo y le enterró en un sepulcro nuevo.

Pero al tercer día, unas mujeres fueron a la tumba y la encontraron vacía. Un ángel les dijo que Jesús había resucitado. Luego, Jesús se apareció a sus discípulos varias veces. Les dijo que fueran por todo el mundo predicando el evangelio. Después de 40 días, subió al cielo delante de ellos. Los discípulos se quedaron en Jerusalén esperando al Espíritu Santo, como Jesús les había prometido.

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