¿El aire caliente sube o baja?
En alguna ocasión vez te habrás preguntado, por qué el calor siempre da la impresión de subir. La respuesta está en la física básica del aire caliente. Cuando el aire se calienta se expande, y por ello se vuelve menos denso que el aire frío que lo rodea.
Esta diferencia de densidad, hace que el aire caliente ascienda. Mientras el aire frío, más denso, desciende para ocupar su lugar. Es como si el aire caliente fuera más ligero, y flotara sobre el aire frío. Este fenómeno explicaría, por qué las partes altas de cualquier habitación, suelen estar más calientes que las zonas bajas.
Pero la cosa no es tan simple como parece. El movimiento del aire caliente, no siempre es hacia arriba en línea recta. Factores como las corrientes de aire, la presión atmosférica y la humedad pueden influir en su comportamiento. En espacios que sean cerrados, el aire caliente tiende a formar patrones circulares llamados corrientes de convección.
Sube por el centro de la habitación, se enfría al tocar el techo y luego desciende por las paredes creando un flujo continuo. Esto explica, por qué a veces notamos zonas más frescas cerca de las ventanas o paredes. Incluso, cuando la calefacción está encendida.
Aplicaciones prácticas del aire caliente
Entender cómo se mueve el aire caliente, tiene muchas aplicaciones prácticas. Un ejemplo, en la construcción de edificios se aprovecha este conocimiento, para diseñar sistemas de calefacción y ventilación más eficientes. Los radiadores se colocan estratégicamente en las zonas bajas de las habitaciones, para que el aire caliente suba y caliente todo el espacio.
En cambio los aparatos de aire acondicionado se instalan en la parte alta. Se hace para que el aire frío descienda y refresque la estancia. También en la naturaleza podemos ver ejemplos de cómo el aire caliente influye en el clima. Las tormentas se forman cuando el aire caliente y húmedo cerca del suelo ,sube rápidamente y se encuentra con aire frío en las capas altas de la atmósfera.
Este choque de temperaturas provoca la condensación del vapor de agua y la formación de nubes de tormenta. Los pilotos de globos aerostáticos y parapentes, también aprovechan las corrientes de aire caliente ascendente (llamadas térmicas), para ganar altura y mantenerse en el aire durante más tiempo.
El aire caliente en la vida cotidiana
Seguramente has notado, cómo el aire caliente afecta tu vida diaria sin darte cuenta. Cuando abres el horno después de cocinar, una ola de calor te golpea la cara. Esto ocurre, porque el aire caliente del interior escapa rápidamente hacia arriba. Lo mismo pasa cuando entras en un coche que ha estado al sol. El aire caliente se acumula en la parte alta, y por eso notamos tanto calor al sentarnos.
En invierno el aire caliente juega un papel crucial, al mantener nuestras casas confortables. Los sistemas de calefacción aprovechan la tendencia del aire caliente a subir, para distribuir el calor por toda la vivienda. Por eso es importante no bloquear los radiadores con muebles o cortinas. Se debe permitir que el aire caliente circule libremente.
En verano en cambio queremos evitar que el aire caliente se acumule en casa. Abrir las ventanas de la parte alta por la noche, ayuda a que el aire caliente escape y entre aire fresco.
Mitos y realidades sobre el aire caliente
Existen algunos mitos sobre el comportamiento del aire caliente que conviene aclarar. Mucha gente cree que el aire caliente siempre sube en línea recta. Pero como hemos visto, su movimiento puede ser más complejo.
Tampoco es cierto que el aire caliente suba indefinidamente en la atmósfera. Llega un punto en que se enfría y deja de ascender formando capas en la atmósfera. Otro error común es pensar que el aire caliente es más ligero que el aire frío en términos absolutos
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