Condritas ¿Qué son y de dónde proceden?

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Las condritas son trozos de roca que vienen de más allá de nuestro planeta. Pero no te creas que son como las piedras que encuentras en tu jardín. Son lo más parecido a cápsulas del tiempo que nos cuentan cómo era el Sistema Solar cuando se estaba formando.

Las condritas son un tipo de meteoritos, esas piedras que de vez en cuando nos caen del cielo. Pero lo que las hace especiales son unas bolitas que tienen dentro llamadas cóndrulos. Son del tamaño de canicas incrustadas en la roca, y los científicos no pueden dejar pasar la oportunidad de estudiarlas, porque guardan secretos de hace millones de años.

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El origen de las condritas

Pero vamos a lo importante: ¿de dónde salen estas piedras? Proceden del cinturón de asteroides, una zona entre Marte y Júpiter llena de rocas flotando. Algunas salen disparadas y tienen la suerte (o la mala pata, según se mire) de acabar en la Tierra.

Lo curioso es que estas condritas son más viejas que la propia Tierra. Se formaron hace unos 4.600 millones de años, cuando el Sistema Solar era un bebé. Así que cada vez que coges una condrita, estás tocando un pedazo de historia.

Tipos de condritas

No todas las condritas son iguales. Tenemos las condritas carbonáceas, que son las más raras y antiguas. Son súper valiosas para los científicos porque tienen compuestos orgánicos que pueden analizar. Luego están las condritas ordinarias, que son las más comunes. No te dejes engañar por el nombre, que de ordinarias tienen poco, porque tener en tu propia mano una piedra que no pertenece a este planeta, es todo un lujo.

También hay condritas enstatitas, que son las raras del grupo. Estas tienen una composición química única que las hace diferentes al resto. Y no nos olvidemos de las condritas rumuruti, que son tan escasas que encontrar una es como ganar la lotería espacial.

¿Para qué sirven las condritas?

Vale, ya sabemos qué son y de dónde vienen, pero ¿para qué sirven? Estos pequeños meteoritos son importantes para entender cómo se formó nuestro Sistema Solar. Los científicos las estudian y analizan su composición química, su estructura, todo.

Además, las condritas nos dan pistas sobre cómo pudo surgir la vida en la Tierra. Algunas tienen moléculas orgánicas complejas, lo que hace pensar que quizás los ingredientes básicos de la vida vinieron del espacio. A lo mejor somos todos un poco extraterrestres y no lo sabíamos.

Cazadores de condritas

Encontrar una condrita no es fácil. Podríamos arriesgarnos a asegurar que es buscar una aguja en un pajar, pero el pajar es todo el planeta. Hay gente que se dedica a esto, son los cazadores de meteoritos. Se van a lugares como la Antártida o los desiertos, donde es más fácil distinguir una piedra del espacio de una piedra normal.

Pero si te encuentras una condrita no te la puedes quedar así como así. Hay leyes que regulan su tenencia. Lo normal es que acaben en laboratorios o museos por lo que si alguna vez tienes la suerte de encontrar una, no la uses de pisapapeles.

Las condritas y el futuro de la exploración espacial

Las condritas no solo nos cuentan cosas del pasado, también nos pueden ayudar en el futuro. Los científicos están usando lo que aprenden de ellas para planear misiones espaciales. Por ejemplo, si queremos ir a un asteroide (que ya se ha hecho, por cierto), saber de qué están hechos nos ayuda a prepararnos mejor.

Además, estudiar las condritas nos da pistas sobre cómo podrían ser otros sistemas solares. Esto sí que es muy interesante porque nos ayuda a entender mejor esos exoplanetas que se están descubriendo. Quién sabe, a lo mejor gracias a una piedra que cayó del cielo acabamos encontrando vida en otro planeta.

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