¿Cómo se forman los arcoíris en el cielo?

Es una maravilla ver esas bandas de colores que aparecen en el cielo después de la lluvia. Pero ¿sabes cómo se forman los arcoíris? Pues no hace falta ser un genio para entenderlo.
Todo empieza con la luz del sol. Esa luz que nos parece blanca en realidad está formada por muchos colores. Son los mismos que vemos en el arcoíris: rojo naranja amarillo verde azul añil y violeta. Cuando la luz del sol viaja por el espacio todos esos colores van juntitos. Pero cuando se encuentran con algo en el camino la cosa cambia.
La magia de las gotas de agua
Ahora imagina que acaba de llover. El aire está lleno de gotitas de agua. Cuando la luz del sol choca contra estas gotas pasa algo curioso. La luz entra en la gota y se divide en todos sus colores. Es como si la gota fuera un prisma que separa la luz blanca en el arcoíris que lleva dentro.
Pero la historia no acaba ahí. Después de dividirse los colores rebotan dentro de la gota. Y cuando salen lo hacen cada uno por su lado. El rojo sale con un ángulo el violeta con otro y los demás colores entre medias. Por eso vemos las bandas de colores separadas en el cielo.
La posición perfecta para ver el arcoíris
Ahora bien ¿por qué no vemos arcoíris todo el rato? Pues porque tienen que darse las condiciones perfectas. Necesitamos que haya gotas de agua en el aire y que el sol esté detrás de nosotros. Si el sol está muy alto o muy bajo en el cielo no veremos nada. La posición ideal es cuando el sol está a unos 42 grados sobre el horizonte.
Y aquí viene lo más flipante. Cada persona ve un arcoíris diferente. Sí has oído bien. El arcoíris que ves tú no es exactamente el mismo que ve tu amigo al lado. Esto es porque cada uno está viendo la luz que rebota en gotas de agua diferentes. Es como si cada uno tuviera su propio arcoíris personal.
Los colores del arcoíris: un espectro visible
Vamos a hablar un poco de los colores. ¿Sabías que el orden de los colores en el arcoíris no es casualidad? Van del rojo al violeta pasando por naranja amarillo verde azul y añil. Este orden tiene que ver con cómo se desvía cada color dentro de la gota de agua. El rojo se desvía menos por eso está en la parte de arriba. El violeta se desvía más y queda abajo.
Pero ojo no todos vemos exactamente los mismos colores. Algunas personas distinguen mejor unos que otros. Y hay animales que ven colores que nosotros ni imaginamos. Las abejas por ejemplo pueden ver la luz ultravioleta. Si pudieran contarnos cómo ven ellas un arcoíris nos quedaríamos alucinados.
Arcoíris dobles: cuando uno no es suficiente
A veces si tienes mucha suerte puedes ver un arcoíris doble. ¿Cómo es posible? Pues resulta que algunos rayos de luz rebotan dos veces dentro de la gota de agua antes de salir. Esto crea un segundo arcoíris encima del primero. Pero con una diferencia: los colores están al revés. En el arcoíris de arriba el rojo está abajo y el violeta arriba.
Entre los dos arcoíris hay una zona más oscura. Se llama la banda de Alexander en honor al físico que la explicó. Es más oscura porque ahí no llega casi luz. Toda se ha ido o al arcoíris de abajo o al de arriba. Es como si los arcoíris se hubieran quedado con toda la luz y no dejaran nada para esa franja del cielo.
Arcoíris en otros lugares: no solo en el cielo
Los arcoíris no son exclusivos del cielo. Puedes verlos en muchos sitios si te fijas bien. Por ejemplo en las fuentes o en los aspersores del jardín. Incluso puedes hacer tu propio arcoíris en casa con una manguera en un día soleado. Solo tienes que ponerte de espaldas al sol y rociar agua en el aire. Verás cómo aparece un pequeño arcoíris.
También hay arcoíris en sitios inesperados. A veces se forman en las cascadas creando un espectáculo precioso. O en el rocío de la mañana sobre la hierba. Incluso las pompas de jabón tienen pequeños arcoíris en su superficie. Son como arcoíris en miniatura que puedes llevar en la mano.
La ciencia y la magia de los arcoíris
Los arcoíris han fascinado a la gente desde siempre. En muchas culturas se les ha dado significados especiales. Algunos los ven como puentes entre la tierra y el cielo. Otros como señales de buena suerte. Y aunque ahora sabemos cómo se forman no dejan de ser mágicos.
La ciencia nos explica los arcoíris pero no les quita su encanto. Al contrario saber cómo funcionan los hace aún más asombrosos. Es increíble pensar que algo tan simple como la luz y el agua puedan crear algo tan bonito.
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