¿Cómo se apaga un tamagotchi?

¿Recuerdas los tamagotchis? Esos bichitos digitales que nos volvían locos a todos en los 90. Tenerlos era toda una aventura. Cuidarlos, alimentarlos, jugar con ellos… Pero claro, como todo en la vida, también había que apagarlos de vez en cuando.
Pausa y reinicio
Si tu tamagotchi se ha vuelto un poco loco o simplemente quieres empezar de nuevo, apagarlo y reiniciarlo es la solución. Pero cuidado, no vayas a apretar cualquier botón pensando que se apagará, ¡podrías terminar borrando todo tu progreso! La forma correcta es mantener presionados los botones A y C a la vez durante unos segundos. Verás que la pantalla se quedará en negro y listo, ¡tu bichito ha descansado!
Pilas nuevas, vida nueva
A veces, el problema no está en el tamagotchi sino en las pilas. Si se están agotando, tu mascota virtual empezará a comportarse de forma extraña. Así que lo mejor es cambiarlas cada cierto tiempo. Y no te preocupes, aunque se quede sin batería, tus datos no se borrarán… a menos que dejes pasar muuuucho tiempo, claro.
¿Tienes que ir a clase o salir con tus amigos pero no quieres que tu tamagotchi se muera de hambre o aburrimiento? Pues usa el modo pausa. Mantén presionados los botones A y B y listo, tu bichito se quedará congelado en el tiempo hasta que vuelvas. Eso sí, no lo dejes en pausa eternamente o se te morirá igualmente.
Trucos y secretos
¿Sabías que hay códigos secretos para obtener objetos especiales o desbloquear funciones ocultas? Claro, en aquella época no teníamos internet para buscar todas las respuestas, así que nos teníamos que ingeniar trucos entre amigos.
El reinicio total
A veces, por mucho que lo intentes, tu tamagotchi no funciona bien. En esos casos, lo mejor es hacer un reinicio total borrando todos los datos. Ojo, ¡perderás todo tu progreso! Pero al menos volverá a estar como nuevo. Para ello, mantén presionados A, B y C a la vez y listo, empezarás desde cero.
Recuerdos entrañables
Cada vez que veo un tamagotchi me acuerdo de aquellos años en los que nos volvíamos locos por cuidar de esos bichitos virtuales. Eran una auténtica locura, ¿verdad? Discutíamos por cuál era el mejor, los coleccionábamos, los intercambiábamos… Puede que ahora te parezcan una tontería, pero en su día fueron un fenómeno total.
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