¿Cómo saber si una moneda es de plata según la física?

Cuando analizamos un poco la plata, descubrimos que posee algunas características únicas muy representativas. Una de las mejores formas sobre cómo saber si una moneda es de plata, es mirar con atención de que color es. La verdadera plata destaca por tener un tono gris brillante muy distintivo. Es diferente a otro tipo de metales. Al frotarla con suavidad, te darás cuenta que no emite su característico olor metálico típico del cobre o del níquel. Esto ya nos da una primera pista, pero necesitamos más pruebas para estar seguros.
Un truco que aprendí de mi abuelo es el de la temperatura. La plata es un excelente conductor térmico, así que si colocas la moneda sobre la palma de tu mano, notarás que se calienta muy rápido. Luego, al dejarla sobre la mesa, se enfría casi al instante. Este comportamiento es típico de la plata pura, mientras que las aleaciones baratas mantienen la temperatura durante más tiempo.
Pruebas magnéticas y de sonido
La prueba del imán nunca falla. La plata es un metal diamagnético, lo que significa que no es atraída por los imanes. Si acercas un imán potente a tu moneda y esta se pega, definitivamente no es de plata. He visto muchas falsificaciones que usan otros metales magnéticos como el níquel, y esta prueba las delata al instante.
El sonido también nos cuenta mucho sobre la moneda. Si la golpeas suavemente con otra moneda, la plata produce un sonido agudo y prolongado, como un tintineo musical que dura varios segundos. Las imitaciones, en cambio, suenan más apagadas y el sonido se extingue rápidamente. Este método lo uso mucho porque no daña la moneda y es bastante fiable.
Densidad y peso específico
La densidad de la plata es única: 10.49 gramos por centímetro cúbico. Para comprobarlo en casa, puedes usar una báscula de precisión y un vaso medidor con agua. Primero pesas la moneda, luego la sumerges en agua y mides el volumen de agua desplazado. Con estos datos puedes calcular su densidad y compararla con el valor teórico de la plata.
Mi experiencia me dice que las monedas falsas suelen ser más ligeras. Los falsificadores utilizan metales menos densos y los recubren con una capa de plata. Por eso, si notas que una moneda pesa menos de lo que debería según su tamaño, es motivo de sospecha.
Reacciones químicas reveladoras
Existe una prueba con ácido nítrico que los profesionales usan mucho. Consiste en hacer una pequeña marca en el borde de la moneda y aplicar una gota de ácido. Si es plata pura, la reacción produce un color crema característico. Sin embargo, no recomiendo esta prueba a principiantes porque el ácido es peligroso y puede dañar la moneda.
Una alternativa más segura es la prueba del hielo. Coloca un cubito de hielo sobre la moneda. La plata, al ser tan conductora, derretirá el hielo más rápido que otros metales. Verás cómo el agua forma un charquito casi al instante. Las monedas falsas tardan más en derretir el hielo porque tienen menor conductividad térmica.
Pátina y desgaste natural
La forma en que la plata envejece es única. Con el tiempo, desarrolla una pátina oscura natural que los coleccionistas llamamos "toning". Las falsificaciones suelen mostrar un envejecimiento artificial que parece más manchado o irregular. Además, la plata se desgasta de manera uniforme, mientras que las capas plateadas se descascaran mostrando el metal base.
El último consejo que puedo darte es que te fijes en los bordes y relieves de la moneda. La plata es un metal blando que muestra marcas de desgaste suaves y graduales. Si ves bordes muy afilados en una moneda supuestamente antigua, o zonas donde el metal parece distinto, probablemente estés ante una falsificación.
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