Cómo hacer un buen perfil de Linkedin

En LinkedIn no hace falta que parezcas modelo de revista, Lo fundamental es que se te vea profesional y cercano a la vez. Olvídate de las fotos de fiesta o esas en las que sales con otras personas recortadas. Invierte un poco de tiempo en hacerte una foto decente con buena luz y fondo neutro. Y por favor nada de filtros tipo Instagram que eso en LinkedIn queda fatal.
Tu perfil necesita una foto actual donde se te vea la cara claramente. Si trabajas en un sector más creativo puedes permitirte algo más informal. Pero si estás en sectores tradicionales como banca o consultoría mejor ir con americana o un look profesional. Lo importante es que quien te vea sienta que eres de fiar y que coincide con lo que encontrará si te conoce en persona.
El titular y el extracto son tu gancho principal
El titular es como el trailer de una película: tiene que enganchar pero sin hacer spoiler de todo. No te limites a poner tu puesto actual y ya está. Añade algo que te haga único o que refleje tu especialidad. Por ejemplo en vez de "Director de Marketing" prueba con "Director de Marketing | Experto en Estrategia Digital B2B | +10 años lanzando productos tecnológicos".
El extracto es ese texto que aparece justo debajo y que mucha gente desaprovecha. Aquí tienes que contar tu historia profesional de forma atractiva. Habla de tus logros principales y lo que puedes aportar. Pero no te enrolles como una persiana: máximo 4 o 5 líneas. Y usa palabras clave de tu sector que ayuden a que te encuentren.
La experiencia profesional no es un currículum
Esta sección es donde la mayoría mete la pata. No copies y pegues tu CV sin más. Cuenta qué has conseguido en cada puesto de forma concreta. En vez de "Responsable de ventas" di "Aumenté las ventas un 40% en 2 años captando 50 nuevos clientes enterprise". Los números y resultados concretos son oro puro en LinkedIn.
Las empresas donde has trabajado también importan. Si son conocidas aprovecha para enlazarlas. Y si no lo son explica brevemente a qué se dedican. No des por hecho que todo el mundo conoce tu sector. Piensa que quien lee tu perfil puede ser desde un recruiter hasta un posible cliente.
Habilidades y validaciones marcan la diferencia
Las habilidades son como las etiquetas que ayudan a clasificarte. Elige bien las 50 que permite LinkedIn y ordénalas por relevancia. No pongas de todo: céntrate en lo que realmente dominas y en lo que quieres que te encuentren. Si sabes Excel básico mejor no ponerlo que parecer un experto y luego decepcionar.
Las validaciones son ese empujón extra que necesitas. Pide a compañeros y jefes anteriores que validen tus habilidades principales. Pero no seas pesado: escoge bien a quién se lo pides y hazlo de forma personalizada. Un "Hola me validas todo el perfil porfa" queda fatal. Mejor explica por qué valoras su opinión.
Actividad y networking son la guinda
De nada sirve tener un perfil perfectamente optimizado si luego está muerto. Participa en grupos de tu sector comparte contenido interesante y comenta las publicaciones de otros. No hace falta que te conviertas en influencer pero mantén cierta actividad regular. LinkedIn premia a los perfiles activos en las búsquedas.
Y por último pero no menos importante: conecta con gente de forma estratégica. No agregues a todo el mundo como loco. Busca personas relevantes de tu sector y cuando las agregues personaliza el mensaje. Un simple "Hola me gustaría conectar porque compartimos interés en X" ya marca la diferencia frente al mensaje automático.
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