¿Cuál es el cociente intelectual medio de una persona?

cuál es el coeficiente intelectual medio

¿Te has preguntado alguna vez cuál es el CI de una persona? Pues bien, el cociente intelectual medio de una persona es 100. Este número no lo sacaron de la manga, sino que lo establecieron los creadores de las pruebas de inteligencia. Decidieron que 100 fuera el punto medio para que resultara más fácil comparar los resultados de distintas personas.

Pero ojo, que el CI no lo es todo en la vida. Hay gente muy lista que no saca puntuaciones altas en estos test, y al revés. Lo importante es que cada uno desarrolle sus talentos y habilidades, sean cuales sean. Al fin y al cabo, la inteligencia tiene muchas caras y no se puede medir solo con un número.

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Distribución del CI en la población

La mayoría de la gente tiene un CI entre 85 y 115. Esto quiere decir que si coges a 100 personas al azar, casi 70 estarán en ese rango. Los genios con CI por las nubes son casos raros, igual que la gente con CI muy bajo. La curva de distribución del CI tiene forma de campana, con la mayoría de gente agrupada en el centro.

¿Y qué pasa si tu CI está por debajo o por encima de 100? Nada del otro mundo. Un CI de 90 o de 110 se considera normal. Lo que importa es cómo usas tu inteligencia en el día a día, no el numero que te den en un test. Hay personas con CI alto que no les va bien en la vida, y otras con CI más bajo que triunfan.

Factores que influyen en el CI

El CI no es algo fijo que te toque en una lotería genética. Hay muchas cosas que pueden afectarlo. La educación es súper importante. Cuanto más estudies y entrenes tu cerebro, mejor puntuación sacarás en los test. También influye la alimentación, sobre todo en la infancia. Un niño mal alimentado tendrá problemas para desarrollar todo su potencial intelectual.

El ambiente en el que creces marca mucho. Si tus padres te estimulan desde pequeño, te hablan mucho y te animan a aprender, seguramente desarrollarás mejor tus capacidades. En cambio, crecer en un entorno poco estimulante puede frenar el desarrollo cognitivo. Por eso es tan importante que los niños tengan acceso a una buena educación, con independencia de su origen social.

Limitaciones de los test de CI

Las pruebas de cociente intelectual tienen sus pegas. Por ejemplo, favorecen a la gente con buena educación formal y familiarizada con este tipo de test. Alguien muy inteligente pero con poca formación académica puede sacar una puntuación baja. Además, estos test se centran sobre todo en el razonamiento lógico y matemático, dejando de lado otras formas de inteligencia.

Howard Gardner, un famoso psicólogo, propuso la teoría de las inteligencias múltiples. Según él, hay al menos ocho tipos distintos de inteligencia, como la musical, la corporal-kinestésica o la interpersonal. Los test de CI tradicionales solo miden una pequeña parte de nuestras capacidades. Por eso hay que tomarlos con pinzas y no obsesionarse con la puntuación.

El CI a lo largo de la vida

¿Sabías que el CI puede cambiar con el tiempo? De niños, nuestro cerebro es como una esponja y podemos mejorar mucho nuestra inteligencia si recibimos los estímulos adecuados. En la edad adulta el CI se estabiliza, pero eso no significa que no podamos seguir aprendiendo y desarrollando nuestras capacidades.

De mayores, es normal que algunas habilidades cognitivas, como la velocidad de procesamiento, disminuyan un poco. Pero otras, como el conocimiento general o el vocabulario, pueden seguir mejorando. Lo importante es mantener el cerebro activo, aprendiendo cosas nuevas y enfrentándonos a retos intelectuales. Así conservaremos mejor nuestras capacidades mentales hasta edades avanzadas.

Más allá del CI: la inteligencia emocional

En los últimos años se ha empezado a dar mucha importancia a la inteligencia emocional. Esta tiene que ver con nuestra capacidad para entender y manejar las emociones, tanto las propias como las de los demás. Una persona con alta inteligencia emocional sabe motivarse, es empática y se relaciona bien con la gente. Estas habilidades son clave para el éxito en la vida y en el trabajo.

Lo curioso es que el CI y la inteligencia emocional no siempre van de la mano. Puedes tener un cociente intelectual altísimo y ser un desastre en las relaciones personales. O al revés, tener un CI normal pero ser un hacha gestionando equipos gracias a tu inteligencia emocional. Lo ideal es desarrollar ambos tipos de inteligencia para tener una mente más completa y equilibrada.

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