Coatlicue: La madre de los dioses aztecas

Coatlicue diosa

Coatlicue era la diosa madre de todas las deidades que adoraban los aztecas. Su nombre significa "la de la falda de serpientes" y hacía honores a su significado. Su imagen era de lo más imponente con una falda hecha de culebras retorciéndose, y como no podía ser de otra forma, los mexicas la adoraban y realizaban cultos en su honor.

Esta diosa era la madre tierra con todas las de la ley. Representaba la vida y la muerte a la vez. Podía crear cosas pero también destruirlas a la vez. Los aztecas la veían como la madre de todos los dioses: la matriarca de todo el panteón aztecas.

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El mito del nacimiento de Huitzilopochtli

La historia más famosa de Coatlicue es cuando se quedó embarazada de Huitzilopochtli. Un día estaba tan tranquila en su templo del Cerro Coatepec, una bola de plumas descendió del cielo. Ella, sin saber qué era, la recogió y se la guardó en el pecho. Para sopresa de sus otros hijos, Coatlicue quedó embarazada de manera espontánea.

Como ya habrás imaginado, sus otros hijos (al parecer unos 400 hijos más), sobre todo su hija Coyolxauhqui, se pensaron que su madre les había deshonrado y decidieron asesinarla. Pero justo cuando iban a llevar a cabo su plan, Huitzilopochtli nació armado y listo para el combate. Asesinó a todos sus hermanos celestiales, y se aseguró de descuartizar y comerse el corazón de su hermana, la que había hurdido el plan contra su madre, la diosa de la luna, Coyolxauhqui. Un parto cuanto menos, rocambolesco.

Coatlicue y la dualidad azteca

Los aztecas estaban fascinados con la idea de la dualidad. Todo tenía su opuesto y Coatlicue era el ejemplo perfecto. Por un lado era la madre que da vida. Por otro, era la que se llevaba a los muertos.

Esta dualidad se reflejaba en cómo la representaban. Le ponían una falda de serpientes que simbolizaba la vida, pero también tenía un collar de manos y corazones humanos. Los aztecas creían que así era la naturaleza: hermosa pero peligrosa a la vez.

La estatua de Coatlicue: Un descubrimiento me marcó una época

En 1790, estaban excavando en la Plaza Mayor de la Ciudad de México y redescubrieron una estatua enorme de Coatlicue. Medía más de 2,5 metros de altura. Digo que la redescubrieron, porque los españoles que llegaron a America, la enterraron sobre el 1521 para que no pudieran encontrarla.

La estatua es una obra de arte monumental. Muestra a Coatlicue con su falda de serpientes, los pechos caídos de tanto amamantar a todos su hijos y una cabeza hecha de dos serpientes mirándose. Es tan impresionante que cuando la descubrieron, muchos criollos y europeos, decidieron volver a enterrarla porque al parecer les provocaba repugnancia. Hoy y tras volver a desenterrarla en 1803 gracias a la insistencia de los mexicanos, se encuentra en el Museo Nacional de Antropología de México y es una de las piezas más famosas y valiosas.

Coatlicue en la religión y la sociedad azteca

Coatlicue no era una diosa cualquiera para los aztecas porque representaba a todas las deidades femeninas. La asociaban con la tierra, la fertilidad y el parto. Pero ojo, que también era la patrona de las mujeres que morían al dar a luz. Estas mujeres eran consideradas guerreras y tenían un lugar especial en el más allá.

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