Cambiar tarjeta gráfica a un portatil: Guía paso a paso

No todos los portátiles permiten cambiar la tarjeta gráfica. Muchos tienen la GPU soldada a la placa base. Así que antes de nada, investiga si tu modelo lo permite. Busca el manual de usuario o pregunta al fabricante. Si tienes suerte y tu portátil es compatible, puedes hacerlo.
Herramientas necesarias para el cambio de GPU
Vale, has confirmado que puedes cambiar la tarjeta gráfica. ¿Y ahora qué? Pues toca preparar el terreno. Necesitarás un destornillador de precisión, pinzas antiestáticas y pasta térmica. No te olvides de una pulsera antiestática. Parece una tontería, pero puede salvarte de un disgusto. La electricidad estática es la enemiga número uno de los componentes electrónicos.
Antes de ponerte manos a la obra, asegúrate de tener un espacio de trabajo limpio y bien iluminado. Y por favor, no lo hagas encima de la alfombra del salón. Busca una superficie plana y despejada. ¿Tienes todo listo? Pues vamos allá.
Desmontaje del portátil: primer paso crucial
Aquí viene lo divertido. O lo terrorífico, según se mire. Apaga el portátil y quita la batería si te lo permite. Luego, ve retirando todos los tornillos de la parte inferior. Guárdalos bien, que luego no sepas dónde van. Una vez quitada la tapa, localiza la tarjeta gráfica. Suele estar cerca del ventilador.
Desconecta con cuidado todos los cables que van a la tarjeta gráfica. Ojo con los conectores, son delicados. Si ves que algo no sale, no fuerces. Busca si hay algún clip o pestañita que lo sujete. Una vez liberada, saca la tarjeta con suavidad. Ya tienes medio camino hecho.
Instalación de la nueva GPU: momento clave
Ahora toca poner la nueva tarjeta. Pero antes, limpia bien el área con un paño antiestático. Aplica una capa fina de pasta térmica en el chip de la GPU. No te pases, que más no siempre es mejor. Coloca la nueva tarjeta en su sitio y asegúrate de que encaja perfectamente. Reconecta todos los cables que quitaste antes.
Ya casi está. Vuelve a poner la tapa del portátil y todos los tornillos. No te dejes ninguno suelto por ahí. Coloca la batería y cruza los dedos. Es hora de la verdad. Enciende el portátil y reza para que todo funcione como debe.
Drivers y software: configuración final
Si has llegado hasta aquí sin problemas, ¡enhorabuena! Pero aún no hemos terminado. Toca instalar los drivers de la nueva tarjeta gráfica. Ve a la página web del fabricante y descarga los últimos controladores para tu modelo. Instálalos y reinicia el equipo.
Ya solo queda comprobar que todo va bien. Abre algún juego o programa que exija gráficos y asegúrate de que funciona correctamente. Si notas algo raro, revisa que los drivers estén bien instalados. A veces hay que hacer algún ajuste en la BIOS del portátil para que reconozca la nueva tarjeta.
Y listo. Has cambiado la tarjeta gráfica de tu portátil tú solito. ¿A que no ha sido para tanto? Bueno, igual sí. Pero ahora tienes un portátil más potente y la satisfacción de haberlo hecho tú mismo. ¿Qué más se puede pedir?
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