¿Cómo cambiar disco duro en un iMac?
¿Te has quedado sin espacio en tu iMac? ¿Va más lento de lo normal? Quizás sea hora de cambiar el disco duro en tu iMac. No te preocupes, no es tan difícil como parece. Vamos a ver paso a paso cómo hacerlo. Antes de empezar, asegúrate de tener todas las herramientas necesarias.
Necesitarás un destornillador de estrella, ventosas para quitar la pantalla y, por supuesto, el nuevo disco duro. También es importante hacer una copia de seguridad de todos tus datos. No queremos perder nada importante.
Una vez que tengas todo listo, apaga tu iMac y desenchúfalo. Colócalo sobre una superficie plana y suave, como una toalla. Esto evitará que se raye la pantalla. Ahora viene la parte que da más miedo: quitar la pantalla. Pero tranquilo, es más fácil de lo que parece.
Usa las ventosas para sujetar la pantalla y tira suavemente hacia ti. Oirás unos clics. Son las pestañas que sujetan la pantalla. Ve con cuidado y no tires demasiado fuerte.
Localización y extracción del disco duro antiguo
Con la pantalla fuera, ya puedes ver el interior de tu iMac. Comprobarás que tiene muchos cables. No te asustes, solo nos interesa el disco duro. Lo encontrarás en la parte superior derecha. Es una caja metálica rectangular. Antes de tocarlo, toca una superficie metálica para descargar la electricidad estática. Esto protegerá los componentes delicados. Ahora, desconecta los cables que van al disco duro. Fíjate bien en cómo estaban conectados. Te servirá para cuando pongas el nuevo.
El disco duro está sujeto con unos tornillos. Quítalos con el destornillador de estrella. Guárdalos bien, los necesitarás luego. Ya puedes sacar el disco duro viejo. Trátalo con cuidado, aunque lo vayas a cambiar. Si aún funciona, podrías usarlo como disco externo. O reciclarlo adecuadamente si ya no sirve. Nunca está de más cuidar el medio ambiente.
Instalación del nuevo disco duro en tu iMac
Ahora viene la parte interesante: poner el disco nuevo. Cógelo con cuidado y colócalo en el mismo sitio que estaba el antiguo. Asegúrate de que está bien orientado. Los conectores deben quedar hacia el mismo lado que antes. Usa los tornillos que guardaste para fijarlo.
No los aprietes demasiado, podrías dañar el disco. Solo lo suficiente para que quede bien sujeto. Conecta los cables que desenchufaste antes. Si no recuerdas cómo iban, consulta fotos que hayas hecho o busca en internet el modelo exacto de tu iMac.
Ya casi hemos terminado. Solo falta volver a poner la pantalla. Pero antes, asegúrate de que todo está bien conectado. Comprueba dos veces si hace falta. Es mejor perder unos minutos ahora que tener que abrir el iMac otra vez.
Cuando estés seguro, coloca la pantalla con cuidado. Debería encajar perfectamente. Oirás los mismos clics que antes, pero al revés. Si notas que algo no encaja bien, no fuerces. Retrocede y comprueba que no haya nada en medio.
Configuración y puesta a punto del nuevo disco
Ahora sí, ya has cambiado el disco duro de tu iMac. El último paso será encenderlo y configurarlo. Conecta el cable de alimentación y pulsa el botón de encendido. Es normal que tarde un poco en arrancar. Cuando lo haga, te pedirá que instales el sistema operativo.
Si tienes una copia de seguridad, úsala para restaurar todos tus datos. Si no, tendrás que instalar todo desde cero. No te preocupes, es una buena oportunidad para empezar de nuevo y tener tu iMac más organizado.
Una vez instalado el sistema, comprueba que todo funciona correctamente. Abre algunas aplicaciones, navega por tus carpetas. Si notas algo raro, no dudes en buscar ayuda. Puede ser normal que al principio vaya un poco lento mientras se organizan los archivos.
Dale tiempo. En unos días, notarás la diferencia. Tu iMac irá mucho más rápido y tendrás todo ese espacio extra para tus fotos, vídeos y proyectos. Como verás, no era tan difícil cambiar el disco duro. Con un poco de paciencia y cuidado, has dado una nueva vida a tu iMac.
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