Así explica la ciencia la vida después de la muerte
Hace algunos años, en 1991, Pam Reynolds, cantante y residente de Atlanta, Georgia, tuvo una experiencia cercana a la muerte (ECM) que hizo temblar al paradigma científico tal y como lo conocemos. Reynolds fue sometida a una cirugía por un aneurisma cerebral, para drenarle toda la sangre de su cerebro. Reynolds fue mantenida literalmente con muerte cerebral por el equipo quirúrgico durante 45 minutos completos.
Cuando Reynolds fue reanimada, relató experiencias que tuvo mientras estaba en muerte clínica. Por ejemplo aseguró haber mantenido contacto con familiares. Pero lo que más soprendió a la comunidad científica, fue que Reynolds pudo describir su procedimiento quirúrgico, incluyendo la descripción de la sierra que utilizan los neurocirujanos para cortar huesos, en este caso el del cráneo.
La importancia de la experiencia de Reynolds es cómo combina una experiencia cercana a la muerte con una experiencia extracorporal (EEC). Reynolds vió como la operaban, oyó la música que en ese momento sonaba en el quirófano ('Hotel California' de los Eagles), y escuchó lo que decían los cirujanos mientras ella estaba muerta clinicamente. ¿Cómo podemos explicar una experiencia así cuando la persona yace sin actividad cerebral en una camilla de quirófano?
La ciencia ha tratado de buscar desesperadamente una explicación científica racional a estos extraños fenómenos, con dos estudios sobre los aspectos separados de la experiencia de Reynolds realizados en 2007. Cada uno parece explicar cómo una persona puede tener una EEC o una ECM, pero ¿pueden explicar la experiencia de Reynolds? ¿Puede la ciencia probar o descartar la posibilidad de una vida después de la muerte?
Pero ¿qué pasa con la vida después de la muerte?
Una teoría científica sobre las experiencias cercanas a la muerte
Hasta un 18 por ciento de las personas traídas de vuelta de la muerte después de un paro cardíaco dijeron haber tenido una ECM. Si bien muchos creyentes religiosos podrían no sorprenderse por estas afirmaciones extraordinarias, la idea de que la conciencia humana y el cuerpo físico existen de manera distinta el uno del otro contradice la ciencia materialista. Alguien con un cerebro moribundo no debería poder formar nuevos recuerdos. Entonces, ¿cómo puede tener sentido cualquier explicación que no sea metafísica de las ECM?
Un estudio de la Universidad de Kentucky ha ganado rápidamente terreno entre los científicos como posiblemente la mejor explicación para las ECM aplicando el método científico. Los investigadores teorizan que el misterioso fenómeno es realmente una instancia de intrusión del movimiento rápido de los ojos (REM). En este trastorno del sueño, la mente de una persona puede despertar antes que su cuerpo, lo que lleva a una experiencia consciente de estar separado de su envoltura mortal.
Como tal, los investigadores de Kentucky creen que estos estudios de experiencias cercanas a la muerte son simplemente momentos de confusión cuando el cerebro entra en un estado similar al de un sueño. Esta teoría ayuda a explicar cómo las personas pueden tener experiencias místicas, con visiones y sonidos, después de que el cerebro ha muerto.
Básicamente, el área donde se desencadena la intrusión del REM se encuentra en el tronco encefálico, que puede funcionar virtualmente de manera independiente del cerebro superior. Entonces, incluso después de que las regiones superiores del cerebro estén muertas, el tronco encefálico podría seguir funcionando, y la intrusión del REM aún podría ocurrir.
La unión parietal temporal y las EEC
La investigación muestra que diferentes partes del cerebro son las responsables más probables de las experiencias extracorporales y las experiencias cercanas a la muerte.
Mientras que la teoría de la intrusión del REM para las experiencias cercanas a la muerte explica las alucinaciones aparentes que acompañan a las ECM, no explica las EEC. ¿Cómo puede una persona ver su cuerpo después de haber muerto? Aunque las experiencias extracorporales a veces se informan como parte de la experiencia cercana a la muerte, también pueden ocurrir por separado, lo que indica que son un fenómeno diferente a las ECM.
Esto está respaldado por un poco de investigación accidental. Para encontrar la causa de las convulsiones de una paciente epiléptica de 43 años, el neurólogo suizo Dr. Olaf Blanke realizó una prueba de mapeo cerebral utilizando electrodos implantados en el cerebro para determinar qué área controla qué función. Mientras una región estaba siendo estimulada, la paciente tuvo una repentina experiencia extracorporal. Le dijo a Blanke que podía verse desde arriba.
Blanke determinó que al estimular eléctricamente el surco angular de la mujer, una parte de la unión parietal temporal, podía inducir sus experiencias extracorporales. Lo notable es que la paciente experimentaba una EEC cada vez que su surco angular era estimulado arbitrariamente. Ahora, la función de la unión parietal temporal (UPT) es organizar los estímulos cotidianos en un paquete coherente. Sin embargo, también es la región que controla nuestra comprensión de dónde existe nuestro cuerpo en el espacio físico.
Blanke cree que un mal funcionamiento de esta región es responsable de las EEC. Si alguno de los datos que está ordenando la unión parietal temporal se cruza, como dónde estamos en el espacio, entonces podríamos parecer liberados de los confines de nuestro cuerpo, aunque sea por un momento.
Pero ¿qué pasa con la vida después de la muerte?
Tanto las teorías de Blanke como las de la Universidad de Kentucky explican las EEC y las ECM. Pero, ¿puedes unir las dos para explicar las experiencias recordadas de Pam Reynolds? Estas teorías no resuelven cómo Pam Reynolds y otros como ella (se cuentan por miles los casos alrededor del mundo) se vieron a sí mismos fuera de sus cuerpos mientras estaban con muerte cerebral, es decir, encefalograma toltamente plano.
Las ECM pueden ser el resultado de la intrusión del REM, desencadenada en el tronco encefálico. Pero las EEC están controladas por una región del cerebro superior, que está clínicamente muerta cuando ocurren las ECM. Además, parece lógico creer que el cerebro superior debe seguir funcionando para interpretar las sensaciones producidas por la intrusión del REM desencadenada en el tronco encefálico.
Aunque combinar las teorías propuestas por la Universidad de Kentucky y Blanke no explica las visiones de cielo, dios o una vida después de la muerte, no significa que ninguna de las dos teorías sea incorrecta. Si la neurología llega a encontrar la explicación definitiva para las ECM, y la ciencia puede explicar el "cómo", ¿también revelará el "por qué"? Descubrir una explicación para las ECM puede abrir una puerta al mundo metafísico, cambiando la forma en que entendemos nuestros cuerpos físicos, la vida e incluso el alma.
Física cuántica: La muerte no existe
Sea como fuere, cada vez hay más físicos teóricos como el Premio Nobel de 2020, Sir Roger Penrose o médicos, como el anestesista Stuart Hameroff o Robert Lanza, que afirman que tiene que haber algo más aparte de nuesto cuerpo material.
Aseguran que el cerebro no es el que crea a la conciencia, sino al revés, es la energía de esa conciencia la que hace posible poder viivir en la Tierra a través de la materia. Para esto ya hay que tocar el siempre peliagudo tema de la física cuántica y de cómo la conciencia puede perdurar tras morir nuestro cuerpo, la llamada conciencia cuántica. ¿Vosotros qué creéis?
Como escribió el médico Dr. Melvin Morse: "El simple hecho de que las experiencias religiosas estén basadas en el cerebro no disminuye automáticamente ni desmerece su significado espiritual. De hecho, se puede argumentar que los hallazgos de sustratos neurológicos para las experiencias religiosas proporcionan evidencia de su realidad objetiva". (Fuente: Morse)
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