¿Cómo se llama la acción de aparentar lo que no eres?

Aparentar lo que no eres

Es muy probable que alguna vez te hayas preguntado, que palabra define a tratar de aparentar lo que no eres. Pues bien, tiene un nombre y se llama "impostura". Este término se refiere a la acción de fingir ser alguien que no eres. También a tener cualidades, que en realidad no posees. 

Es como ponerte una máscara invisible que oculta tu verdadero yo. Muestra una versión alterada de ti mismo al mundo. La impostura es más común de lo que crees. Todos hemos caído en ella alguna vez ya sea para encajar en un grupo, impresionar a alguien o simplemente sentirnos mejor con nosotros mismos.

Pero cuidado, porque mantener esa fachada puede ser agotador y a la larga pasar factura a tu bienestar emocional.

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El disfraz de la personalidad 

Otra forma de llamar a este fenómeno es "simulación". Imagina que tu personalidad es como un disfraz que te pones cada día. A veces eliges uno, que no se corresponde con quien eres realmente sino con quien crees que deberías ser. 

Esto puede ocurrir en el trabajo, en las relaciones personales o incluso en las redes sociales. La simulación no siempre es negativa. En ocasiones puede ser una estrategia de adaptación social. 

Sin embargo cuando se convierte en un hábito constante, puede llevar a una crisis de identidad. Te preguntas "¿quién soy realmente?" y la respuesta se vuelve cada vez más difusa.

Falsedad y engaño: las sombras de la apariencia 

El "fingimiento" es otro término que describe esta conducta. Implica mostrar emociones pensamientos o actitudes, que no son genuinas. Es como actuar en una obra de teatro. Sin embargo,  la función dura todo el día y el escenario es tu vida cotidiana. Fingir puede tener consecuencias. 

Afecta a tus relaciones personales pues la gente puede sentirse engañada cuando descubre tu verdadero yo. Además, mantener la farsa requiere un esfuerzo mental constante que puede llegar a resultar agotador y estresante a largo plazo.

La máscara social: una herramienta de supervivencia 

Un tipo de técnica que se suele utilizar, cuando queremos ocultar aspectos de nuestra personalidad que consideramos inaceptables o inadecuados en ciertos contextos, es el "enmascaramiento". Es como ponerte una máscara social. Esta te ayuda a moverte por diferentes situaciones. 

Esta práctica es especialmente común, entre personas con diferencias neurológicas. Como aquellas con autismo o TDAH. Les permite adaptarse mejor a las normas sociales aunque el coste emocional puede ser alto. El enmascaramiento constante puede llevar al agotamiento y la pérdida de la autenticidad.

La farsa cotidiana: ¿necesidad o elección?  

La "farsa", es otro término que se usa para describir este comportamiento. Implica crear una versión ficticia de ti mismo que presentas al mundo. Puede ser tan sutil, como exagerar tus logros en una entrevista de trabajo. O por el contrario, tan extrema como inventar una vida completamente diferente en las redes sociales.  

Caer dentro del mundo de la farsa es algo tentador. Puede que te de la impresión de ser una forma rápida de ser aceptado, o de buscar admiración. Recuerda siempre que las relaciones basadas en una imagen falsa, son frágiles. Tarde o temprano, la verdad siempre sale a la luz. Y es que, las consecuencias de todo esto pueden llegar a ser muy devastadoras.

El precio de la autenticidad  

Aparentar lo que no eres tiene muchos nombres: impostura, simulación, fingimiento, enmascaramiento o farsa. Cada término refleja un matiz diferente de este complejo comportamiento humano. Pero todos comparten un denominador común: la falta de autenticidad.  

Ser auténtico puede dar miedo. Implica ante todo, mostrarte vulnerable y arriesgarte al rechazo. Pero debes comprender, que a largo plazo es la única forma de construir relaciones auténticas y una autoestima sólida.

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