¿A qué temperatura se multiplican las bacterias?
Las bacterias son unos organismos muy inteligentes. Se reproducen muy rápido cuando tienen la oportunidad. Pero ojo, que no lo hacen a cualquier temperatura. Necesitan que el ambiente esté a su gusto para ponerse las pilas y multiplicarse como locas. Y aquí es donde entra el meollo de la cuestión: ¿a que temperatura se multiplican las bacterias?
Pues a decir verdad, no hay una respuesta única. Cada tipo de bacteria tiene sus preferencias. Algunas son como osos polares y les va la marcha con el frío. Otras son más bien como lagartijas y necesitan calorcito para despertarse. Pero en general, la mayoría de las bacterias que nos interesan (porque son las que pueden causarnos problemas) están en su ambiente entre los 5°C y los 60°C.
Zona de peligro bacteriano
Ahora bien, dentro de ese rango hay una franja que es la auténtica fiesta para las bacterias. Se llama "zona de peligro" y va de los 4°C a los 60°C. En este intervalo, las bacterias se multiplican en masivo. Es como si les dieras Red Bull, vamos. Por eso es súper importante tener cuidado con los alimentos que dejamos a temperatura ambiente mucho rato.
Pero espera, que hay más. Dentro de esa zona de peligro hay un punto caliente donde las bacterias se vuelven locas de contentas. Es entre los 20°C y los 40°C, con el pico de actividad alrededor de los 37°C. ¿Te suena esa cifra? Pues claro, es la temperatura de nuestro cuerpo. No es casualidad que muchas bacterias patógenas se sientan como en casa dentro de nosotros.
Factores que afectan al crecimiento bacteriano
La temperatura es clave, pero no es el único factor que influye en la multiplicación de las bacterias. La humedad también juega un papel importante. Las bacterias necesitan agua para vivir y reproducirse, así que los ambientes húmedos son su paraíso particular. Por eso los alimentos con mucha agua, como las salsas o los purés, son más propensos a echarse a perder si no se conservan bien.
El pH del medio también afecta al crecimiento bacteriano. La mayoría de las bacterias prefieren un pH neutro o ligeramente ácido, entre 6.5 y 7.5. Esto explica por qué los alimentos muy ácidos, como los encurtidos o los cítricos, se conservan mejor. Las bacterias no se sienten cómodas en ese ambiente y no se multiplican tan rápido.
Otro factor a tener en cuenta es la presencia de oxígeno. Hay bacterias que necesitan oxígeno para vivir (aerobias) y otras que se las apañan sin él (anaerobias). Esto tiene implicaciones en la conservación de alimentos. Por ejemplo, las latas de conserva al vacío evitan el crecimiento de bacterias aerobias, pero las anaerobias pueden seguir dando guerra.
Cómo prevenir la multiplicación bacteriana
Conocer estos factores nos ayuda a prevenir la multiplicación de bacterias en nuestros alimentos. La clave está en mantenerlos fuera de la zona de peligro. ¿Cómo? Pues hay varias estrategias. La más común es la refrigeración. Guardando los alimentos por debajo de 4°C, frenamos el crecimiento bacteriano en seco. Es como si les diéramos a las bacterias un somnífero.
Por otro lado, la congelación (por debajo de -18°C) es aún más efectiva. A esas temperaturas, las bacterias entran en una especie de hibernación y no se reproducen. Ojo, que esto no las mata, solo las deja en pausa. En cuanto descongelas el alimento, se despiertan y vuelven a la carga.
También podemos usar el calor para controlar las bacterias. Cocinar los alimentos a más de 60°C destruye la mayoría de las bacterias patógenas. Por eso es tan importante cocinar bien la carne, sobre todo el pollo y la carne picada. Y una vez cocinados, hay que mantenerlos calientes (por encima de 60°C) o enfriarlos rápidamente para evitar que las bacterias supervivientes se multipliquen.
En resumen, las bacterias son organismos fascinantes que se han adaptado a vivir en una amplia gama de temperaturas. Pero conociendo sus preferencias, podemos controlar su crecimiento y evitar que nos den problemas. Así que ya sabes, mantén los alimentos bien fríos o bien calientes, y las bacterias no tendrán oportunidad de montar su fiesta particular en tu nevera o en tu plato.
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